lunes, 5 de abril de 2010

el clima

Influencia del clima
La posibilidad de desarrollo de una especie depende, también, del clima. El clima depende de la cantidad de radiación solar, por unidad de superficie, que se recibe en una determinada latitud, y su posición respecto a las masas de agua. Esta cantidad de radiación solar disminuye según aumenta la latitud, lo que permitió a los griegos establecer tres tipos de clima: frío, templado y cálido. Pero esta concepción del clima se basa en el estado medio de la atmósfera. Sin embargo, tan importante como los valores medios de la temperatura y la humedad, es la sucesión de tipos de tiempo, y esto es lo que define el clima, lo que permite el desarrollo de las especies y marca su ritmo vital.
Uno de los factores más importantes del clima, que nos interesa, es la humedad, la presencia de agua en el ambiente, y la frecuencia y el carácter de las precipitaciones. La cantidad de agua en el aire por metro cúbico no es lo que más interesa (humedad absoluta), sino la humedad relativa, es decir, la diferencia entre la cantidad de agua que contiene el aire y la que puede contener, para una determinada temperatura. Se mide en tantos por ciento. Una alta humedad relativa, cercana al punto de saturación, permite el aprovechamiento del agua del aire por parte de las plantas.

Otro factor importante del clima es el régimen de vientos, pues en función de su procedencia y su velocidad puede hacer cambiar las condiciones teóricas de temperatura y humedad, y variar, así, la distribución de la biocenosis.

En buena medida el viento, pero también la temperatura y la humedad, dependen de la topografía. En términos generales la temperatura disminuye un grado cada vez que se sube 100 m, para masas de aire no saturadas, (0,5 ºC para masas de aire saturadas). Como la humedad absoluta no varía en la misma medida, el descenso de la temperatura hace aumentar la humedad relativa. Además, la posición de las laderas en solana o umbría incide en la cantidad de radiación solar que reciben. Estas condiciones permiten la formación de topoclimas dentro de un clima zonal determinado. Su influencia se deja sentir, también, en la recepción de luz y el fotoperíodo, y en el régimen de vientos.

La continentalidad es otro factor fundamental que define el clima, sobre todo, porque la lejanía de las grandes masas de agua dificulta que llegue aire húmedo hasta estas regiones. Las masas de aire menos saturadas son menos eficaces a la hora de conformar el efecto invernadero, por lo que la amplitud térmica diaria es muy acusada y la vegetación debe soportar estas temperaturas tan extremas (que por otro lado se producen es un sólo día).

Pero además, el propio desarrollo del suelo y la vegetación modifican las condiciones de humedad y temperatura de una región, la recepción de luz y el régimen de vientos, creando fitoclímax y pedoclímax estables que se alimentan a sí mismos, definiendo topoclimas e incluso microclimas. Biostasia: situación de equilibrio entre el suelo, el clima y la vegetación que dificulta los procesos de transporte de los materiales. Rexistasia: ruptura del equilibrio entre el suelo, el clima y la vegetación. Esta ruptura es producto bien de la erosión, bien de un cambio climático. No obstante, las plantas tienden a adaptarse a las nuevas condiciones y a mantener el equilibrio a pesar de los cambios, a esto se le llama homeostasia.

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